En principio Venus no parece el candidato más plausible para albergar actividad biológica. Los casi 500º C de temperatura y 90 atmósferas de presión imperantes en su superficie hacen de este planeta uno de los lugares más inhóspitos del Sistema Solar. Sin embargo, existe un lugar en Venus que reúne las condiciones necesarias para la existencia de vida. Así mismo, se han detectado posibles biomarcadores atmosféricos que implican la existencia de un desequilibrio químico que no puede ser explicado en términos exclusivamente abióticos.