Confieso que en ocasiones me aburren los documentales sobre naturaleza. Llega un momento en que uno se cansa de ver tortugas excavando agujeros en la arena y leones cazando gacelas en el Serengueti. Pero siempre que pienso que la naturaleza ya ha perdido la capacidad de sorprenderme, aparece un ser como el que protagoniza esta entrada. Con todos ustedes: Macropinna microstoma.
Macropinna microstoma, es la única especie de pez del género Macropinna, perteneciente a la familia Opisthoproctidae. Vive entre los 600 y 800 metros de profundidad y se alimenta de medusas. Hasta aquí todo normal. Pero ahora viene lo extraño: Los dos orificios oscuros que se aprecian justo encima de la boca no son ojos, sino órganos olfativos. Los verdaderos ojos de esta criatura son las estructuras verdes semiesféricas que se observan dentro del cráneo. Pero claro, si tienes tus ojos en el centro del cráneo la única posibilidad que te queda si quieres ver algo es... ¡que tu cabeza sea transparente! Pues nada, no hay problema, la cabeza de M. microstoma lo es, así que puede ver perfectamente gracias a sus ojos tubulares. En realidad las estructuras verdes mencionadas anteriormente son sus cristalinos, que se sitúan sobre unos cilindros móviles en los que se encuentra el nervio óptico. Parece ser que esta disposición le permite tener una excelente visión periférica y gran sensibilidad a la luz. A diferencia de otras especies de su misma familia, cuando M. microstoma está a punto de tragarse alguna medusa sus ojos son capaces de moverse hacia adelante, toda una ventaja si uno quiere ver lo que se está comiendo.
En el vídeo se especula con que M. microstoma se alimenta robando comida a otros predadores como los cefalópodos. Según esto, la especialización de su sistema óptico sería una respuesta adaptativa a la presión selectiva que suponen las agresiones de los tentáculos. Tener los ojos en el interior de la cabeza sería un simple mecanismo de protección. Sin embargo, pienso que esta idea es poco plausible. La anatomía del aparato visual de Macropinna presenta unas modificaciones tan importantes con relación a la habitual en el resto de vertebrados que tiene que haber una razón más importante que la justifique. Existen múltiples soluciones más enconómicas en términos evolutivos para proteger los ojos de agresiones externas que alojarlos dentro del cráneo y hacer que tu cabeza sea transparente.
Por el contrario, creo que es más probable que Macropinna utilice su aparato visual altamente especializado para escanear visualmente la columna de agua que tiene por encima de él, buscando los fragmentos de alimento que caen provenientes de capas de agua más superficiales. La disposición del escudo transparente que protege sus ojos jugaría un papel importante en la óptica del animal, haciendo las veces de objetivo gran angular, permitiéndole tener un campo de visión cercano a los 180 grados. M. microstoma se mantendría estático en el agua, flotando a 800 metros de profundidad y ahorrando energía a la espera de localizar un bocado de cierta entidad que llevarse a la boca. Cuando localizase un posible fragmento de comida cayendo desde arriba, nadaría hacia él para interceptarlo y lo analizaría con sus órganos olfativos para saber si es comestible o no. Si lo es, movería sus ojos hacia adelante para poder devorarlo fácilmente.
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Cámara de fotos con objetivo gran angular sumergible. |
En dos palabras IM PREZIONANTE
ResponderEliminarNi en las más terribles pesadillas de la Hammer habrían imaginado un ser vivo con cabeza transparente...la realidad supera al photoshop, sin duda.
woooo! nunca me inmagine ver un pez asi! me quede boca abierta!
ResponderEliminarnunca habia escuchado una cosa como esta es super genial
ResponderEliminar¿Esto es real? Porque un pez con cabeza transparente... bueno es igual, lo voy a usar para un trabajo de clase, es impresionante. :o
ResponderEliminarSorprende nunca se ternina de ver cosas que uno ni se imaginaba de ver..
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