martes, 13 de julio de 2010

¿Existe la partida perfecta en el ajedrez?














 







Las matemáticas nos dicen que las diferentes partidas posibles en el ajedrez son: 20×10^42 (un 2 seguido de 43 ceros) Así pues, el número de posibles partidas diferentes es extraordinariamente grande, pero no infinito. Por tanto el ajedrez es un juego determinista, es decir,  tiene un número finito de soluciones: Una fracción de estas partidas acabará en tablas, otra fracción dará la victoria a las blancas y en la fracción restante vencerán las negras.
Si abren las blancas, cabe preguntarse entonces si existe al menos una secuencia de movimientos que aseguren siempre la victoria al jugador de blancas,  sean cuales sean los movimientos de las negras. Si esta secuencia existiese, el juego del ajedrez dejaría de tener sentido puesto que una vez conocida dicha secuencia ganadora, todos los jugadores la aplicarían.
Sin embargo, hay que considerar que para hacer mate es necesario conseguir una ventaja sobre el oponente mucho mayor que la que proporciona el hecho de hacer el movimiento inicial. Para entenderlo mejor, sería como si para ganar al ajedrez fuese necesario conseguir una ventaja de un punto y el hecho de abrir la partida solo confiriese 0,5 puntos de ventaja. Si los dos oponentes juegan la partida perfecta, la diferencia al final a favor de blancas seguiría siendo de 0,5 puntos: suficiente para no perder pero insuficiente para ganar. Es decir, tablas. Por tanto existe un número finito de partidas de ajedrez perfectas que acaban en tablas. Este número sigue siendo demasiado grande como para que un ser humano pueda memorizarlas y reproducirlas, por lo que el juego sigue teniendo sentido para nosotros. Sin embargo los ordenadores si son capaces de seleccionar el movimiento más adecuado de entre los existentes en su base de datos, por lo que en un enfrentamiento con un ser humano siempre ganarían o harían tablas, si su base de datos es lo suficientemente completa.
Por ello, Después del famoso duelo entre Kasparov y Deep Blue, que acabó en tablas y el enfrentamiento entre Kramnik y Deep Fritz de 2006, que acabó 4 a 2 a favor de la máquina, no se ha vuelto a repetir un duelo entre hombre y computadora: Las bases de datos que manejan los ordenadores son ya lo suficientemente amplias como para asegurarles la victoria o el empate.

1 comentario:

  1. Lamento decepcionarte, pero mucha de la información aquí expuesta es falsa.
    Hay partidas recientes en las que el hombre ha sido capaz de derrotar a la máquina. La razón es sencilla, el ordenador no realiza sus jugadas a partir de la base de datos (el número de partidas posibles es sueprior al de átomos en la corteza terrestre, por lo tanto sería imposible tener todas las variantes almacenadas) si no que el ordenador calcula posición a posición, con una determinada profundidad (nº de jugadas posteriores) y valora la posición resultante teniendo en cuenta ciertos parámetros (material, puntos fuertes/débiles, centralización de piezas, etc...) sin haber garantía alguna de que sean válidos en todos los casos.

    Tampoco estoy de acuerdo con lo que comentas de la ventaja inicial. No está demostrado que no sea suficiente para ganar, de hecho, la mayor parte de los análisis de las aperturas de moda dan ventaja al blanco

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