lunes, 29 de marzo de 2010

Sobre el riesgo y la ética del progreso científico-tecnológico

















 



La misma tecnología que hace posible enviar sondas espaciales al planeta Saturno o diseñar instrumentos para el diagnóstico de enfermedades, puede emplearse también para fabricar armas de destrucción masiva. 
La sociedad suele ser crítica con los científicos por no ser capaces de advertir las posibles consecuencias negativas de los sistemas científico-tecnológicos que desarrollan o bien por mantener la postura de que las tecnologías son moralmente neutrales y que es el uso que se haga de las mismas el que determina que sus efectos sobre la sociedad y el medioambiente sean positivos o negativos.
El riesgo es inherente a muchos sistemas científico-tecnológicos, sin embargo la evaluación y gestión del riesgo sólo es posible si el investigador es capaz de identificar desde el principi
o las posibles consecuencias negativas del producto de su investigación y esto no siempre es posible. Es evidente que Marie Curie carecía de los elementos de juicio necesarios para pensar que sus investigaciones sobre la radioactividad conllevaban el riesgo de una futura escalada armamentística nuclear, por lo que resultaría absurdo atribuirle la responsabilidad de no haber puesto en marcha ninguna medidad para gestionar este riesgo. Sin embargo, cuando un científico acepta fondos de una institución militar para la financiación de una línea de investigación con posibles aplicaciones bélicas, está asumiendo una responsabilidad ética sobre el uso que se haga del producto de su investigación...
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